Cata de Bodegas Meler en DO Original

Ana Meler, Directora Técnica de Bodegas Meler

El pasado martes estuve en DO Original, para presenciar la cata de vinos que ofrecía Bodegas Meler de la mano de Ana Meler, Directora Técnica de la bodega. Como casi siempre, el local (situado en la calle Ferlandina del Barri del Raval)  estaba lleno, siendo más de 70 las personas que nos reunimos para la presentación.

Tras la explicación pertinente sobre el Somontano en general y la bodega en particular, pasamos a probar los cuatro vinos que trajeron para la cata. Estos eran un blanco de Chardonnay, un rosado de Cabernet Sauvignon y dos tintos, un Syrah y un crianza fifty-fifty Merlot y Cabernet Sauvignon. Sólo faltó en esta cata el que quizá sea el vino estrella de la bodega, el Andrés Meler, un vino tinto de Cabernet Sauvignon basado en el concepto de "vino de autor".

Meler Blanco y Meler Rosado

El primero de los vinos que catamos fue el Meler Chardonnay, un vino blanco que cumplía a la perfección su función de vino joven, brillante, con mucha frescura, notable acidez, franqueza y frutosidad (frutas cítricas). Después vino el rosado (Meler Cabernet S.) que, por desgracia era de la añada 2008 y había perdido su color original y, tanto en nariz como en boca, se notaba algo pasado. El tercer vino, el Meler Syrah, lo vi como un vino aceptable, de capa media-alta, con un agradable aroma frutal (frutillos, moras) y un paso por boca agradable. Creo que es uno de esos que van bien para tapear, o para una comida ligerita. Para finalizar la degustación, llegó el Meller Crianza, un vino con 6 meses de barrica francesa y americana elaborado con uvas Merlot y Cabernet Sauvignon. Para mi gusto fue, junto con el blanco, el mejor de la noche, aunque habrá que volver a probar los otros, ya que probablemente no los catamos en su mejor momento. El Meler crianza se mostró amable y gustoso, con buena fruta roja y con los tostados muy marcados pero agradables.

Público asistente a la cata

Desde aquí quiero felicitar a la gente de Bodegas Meler por su trabajo y dar las gracias a Ana por la oportunidad de volver a probar sus vinos (que no me eran desconocidos) y de reencontrarme con los vinos del Somontano, una tierra que da unos vinos excepcionales y con un futuro prometedor.