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lunes, 15 de diciembre de 2008

Viña Albina Gran Reserva 1981



Hace unos días apareció, junto con otras, esta botella de vino en casa de unos familiares. Las tenían guardadas en un armario bajo el fregadero de la cocina, un lugar de lo menos apropiado para conservar las botellas por la humedad y los olores.



Al llevar varios años las botellas guardadas me preguntaron estos familiares si aún se podían utilizar esos vinos, por lo que las cogí y separé las tres que creía que se podían salvar y el resto, vinos blancos, rosados y cavas jóvenes, los abrí para vaciarlos en la fregadera. Las que se salvaron de la quema fueron, además del Viña Albina (Bodegas Riojanas), una botella de cava y un Oporto, ya que por el tipo de elaboración parece que podían tener más aguante.


Para comer ese día decidímos probar el Viña Albina el cual, como se aprecia en la foto, era un gran reserva de 1981.


Una vez descapsulado el vino vi que el corcho estaba un poco hundido y algo enmohecido, pero no parecía que se hubiese perdido vino a través de este. Era buena señal, porque los corchos se suelen deteriorar después de tanto tiempo. Para abrirlo utilicé un abridor pulltaps (de los de dos tiempos), enroscándolo con sumo cuidado porque era provisible que se rompiese. Y así sucedió. Por fortuna son ya muchas las botellas abiertas (y algunos tapones hundidos) y con el tiempo ya no hay tapón que se me resista.


Tras airearlo una media hora (sin decantar), llegó el momento de comprobar si el vino aún estaba en condiciones. Afortunadamente había aguantado perfectamente el paso del tiempo, a pesar de las malas condiciones en las que había estado guardado, presentando un aspecto limpio y brillante. Además del buen aspecto visual, el vino mantenía los aromas y el gusto típico del Rioja clásico, sin apreciarse ningún defecto más allá de la lógica pérdida de color (evolución) y sus correspondientes precipitados.


Con esta breve historia se resume un poco el tema de la duración de los vinos, pudiendo afirmar que los vinos jóvenes son para tomar dentro del año siguiente a su elaboración y los vinos con crianza tienen más duración. Claro que, como con casi todo, toda regla tiene su excepción. Es el caso de algunos vinos blancos como los albariños, ya que son muchos los que consideran que este tipo de vinos están mejor en su segundo año de vida.


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