El embalaje del vino se puede realizar en diversos tipos de envases, sobre todo en botellas de vidrio, pero también en Tetra-Brik, Bag-in-Box o, más recientemente, en lata. Pero cuando el vino es de calidad, siempre se presenta en botella de vidrio.
El vidrio como embalaje tiene dos propiedades muy importantes: Es inodoro y químicamente inerte. Son dos virtudes fundamentales del vidrio a la hora de envasar cualquier producto alimentario.
El vidrio, se presenta en blanco o se puede colorear para proteger mejor de la acción de los rayos UV. Los colores más empleados en las botellas de vino son el verde, el esmeralda, el azul, el topacio y el negro ibérico. Este último es capaz de retener más del 99% de los rayos UV en espesores mínimos (2mm).
La variedad de modelos, formas, espesores y capacidades, junto con el posterior cierre y etiquetado, hacen de la botella de vidrio la favorita del empresario, que consigue identificar su producto con una imagen propia, la cual resulta muy vistosa y agradable para el consumidor.
Otra ventaja del vidrio es que es reciclable, además de retornable. Eso quiere decir que una botella se puede utilizar una treintena de veces, con una vida media de unos siete años, y después reciclar para hacer una nueva botella.
Las formas más habituales de las botellas de vino son las de tipo Burdeos (Bordelesa), Borgoña (Borgoñesa o Borgoñona) y Rhin. En su lugar de origen estas botellas determinaban la procedencia del vino, ya que cada región elaboraba con su propia botella. También determinadas elaboraciones tienen su propia botella, como es el caso del cava, que precisa botellas gruesas que resistan la presión del carbónico sin romperse. También el vino de Oporto o el Chianti tienen su propia botella.
Dentro de cada tipo de botella, hay, además de un modelo estándar, otros más singulares: Altas o bajas, cónicas o troncocónicas, gruesas o delgadas, con diferente boca (para tapones y roscas diversas), etc. Incluso no pocas empresas del sector del vidrio personalizan algunas botellas al gusto del cliente, con modernas técnicas de diseño informático.
Sin duda, la botella más empleada es la que tiene una capacidad de 75 cl, pero las hay más pequeñas y más grandes. Algunas de las más populares son:
Botella de 18.7 Cl - Botella individual, utilizada frecuentemente en los bares de los trenes y en el catering de los aviones, así como en las habitaciones de hotel. Es una botella de lo más viajera.
Botella de cava de 20 ó 21.4 Cl - Ideal para celebraciones en pareja y en los aperitivos.
Botella de 37.5 Cl - Para un consumo moderado o para poder tomar varios tipos de vino en una comida.
Botella de 50 Cl - Estilizada y elegante, es frecuente en elaboraciones como los vinos dulces o los icewine.
Botella de 75 Cl - Es el tamaño más empleado, ideal para la mayoría de las situaciones.
Botella de 150 cl - Conocida como Magnum, es una botella para grandes eventos y, por sus limitadas tiradas, son del agrado de los coleccionistas.
Botella de 300 Cl - La doble Magnum. Con esta botella entramos dentro de las tiradas mínimas de algunos elaboradores.
A partir de aquí entramos en las raras y extravagantes botellas gigantes como las Jeroboam, Matusalem o Nabucodonosor.
Imágenes (De arriba a abajo): Botellas tipo Rhin, Borgoña y Burdeos.
Algunas empresas que se dedican a la fabricación de botellas:
Saint Gobain-Vicasa
Glass Proyect
EstalPackaging
Vetrería Etrusca
Vidrala
2 comentarios:
Intereante post Juan; creo que tendrías que haberlo adornado con algunas fotos indicativas de las distintas formas de las botellas, para poder distinguirlas claramente.
De todas maneras las bodegas cada vez personalizan más sus diseños, partiendo del standard, sobre todo del bordelés.
Una pregunta: yo siempre he oído, troncocónica y no troncónica?
Es troncocónica, ya está corregido.
Muchas gracias por tu comentario.
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