La mayoría de la gente asocia el vino a la comida, es decir, piensa que el vino sólo se toma en este momento y asocia al cava con las celebraciones. Pero para llegar a ser un buen aficionado al vino hay que probar muchas clases de vino: blancos, rosados, tintos, cavas, mistelas, dulces o secos, espumosos o tranquilos, jovenes o crianzas, etc; es decir, abarcar el mayor abanico posible de sensaciones. Se acostumbra a comer con un solo vino durante toda la comida, generalmente tinto (incluso con pescados) y se acaba, en las grandes ocasiones, descorchando una botella de cava, haciendo que el tapón vuele lo más lejos posible; ¡¡alegría, alegría!!.
Un buen comienzo para aprender de vinos es dividir la comida en etapas: el aperitivo, el entrante, el o los platos pricipales, los postres y la sobremesa y asignar un vino a cada una. En vez de comprar cuatro botellas de un tipo compraremos cuatro tipos de vino.
El aperitivo, copa de recepción o similar suele ser ligero y pide algo ligero para beber. Es el mejor momento para tomar una copa de cava y desterrar la idea del cava como final de fiesta. También se puede tomar una copa de vino blanco o un rosado. Lo que no es apropiado es tomar un vino tinto con mucho cuerpo, dejando este para más adelante. Los aperitivos suelen ser variados(jamón, patés, quesos, mariscos, etc.), por lo que permiten numerosas combinaciones.
El entrante o primer plato nos trae el primer problema con respecto al vino que se presenta al servir una sopa o una ensalada aliñada con aceite y vinagre. En el primer caso sumamos líquidos y en el segundo vinos en diferente grado de acidificación. Con las sopas es preferible no beber nada y en el segundo caso beber agua o no utilizar el vinagre.Para otros entrantes un vino ligero es suficiente, pudiendo ser blanco, tinto joven o rosado.
Para el plato pricipal se pueden utilizar los vinos con más cuerpo sean blancos, tintos, rosados o cava (aquí también pega). Cuanto más fuerte de sabor sea el plato más cuerpo ha de tener el vino, siendo este concepto más importante que el color del mismo.
Para el postre el cava, si no se puede evitar, mejor dulce. Pero aquí es donde hay descorchar una botella de PX, moscatel, Oporto, etc. También aquí hay que elegir en función del dulce que se sirva.
La sobremesa es un buen momento para un buen licor, acompañado de un buen café y un purito.
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